lunes, 20 de julio de 2009

Razones por las que podriamos decidir y sentir que ,no tiene sentido comer carne.

Razones para comer y para NO comer carne
1. Razones para comer carne
Ninguna. Absolutamente ninguna
no existen razones para comer
carne. No hay.
2. Razones para NO comer carne
a. SALUD Y NUTRICIÓN
El consumo de carne produce estreñimiento y sus complicaciones, obesidad,
enfermedades cardiocirculatorias, exceso de calorías, hipercolesterolemia, tumores de
mama, de colon, de próstata, uremia, gota, insuficiencia renal.
La dieta basada principalmente en cereales, vegetales y frutas, ayuda a controlar la
diabetes y la arteriosclerosis.
Es una alimentación completa porque todos los nutrientes que el organismo necesita se
encuentran en el reino vegetal; las vitaminas, los aminoácidos y los minerales están
presentes en los vegetales.
La alimentación vegetariana aporta al organismo humano un sustento aún más
energético que el de la carne; incluso la potencia física de los vegetarianos puede ser
superior e incluso prolongarse más que la de los carnívoros.
Una operación de desviación coronaria (bypass) o una sesión de quimoterapia son
mucho más incómodas y difícile s que cambiar tu dieta. Ser vegetariano es lo mejor que
puedes hacer por tu salud.
b. ECOLÓGICAS
"Se ha estimado que la contribución del ganado a la contaminación del agua supera más
de diez veces a la de los humanos y más de tres a la de la industria" Philip Kapleau
"Millones de hectáreas de selva y bosque son destruidos cada año, cuando se convierten
en tierra de pastoreo y en cultivos que se utilizan exclusivamente para alimento de
animales."
Más de la mitad del agua consumida en el mundo se emplea en la ga nadería. Mientras
que para producir un kilo de carne son necesarios más de 20.000 litros de agua, para un
kilo de trigo sólo hacen falta 227 litros, y para un kilo de arroz 454 litros.
Cada segundo se generan 125 toneladas de residuos procedentes de la in dustria cárnica.
Estos contaminan los ríos y producen gases tóxicos como amoníaco, metano y dióxido
de carbono, contaminan la atmósfera, afectando la capa de ozono y contribuyendo al
efecto invernadero.
300.000 km2 de selva tropical son destruidos cada año como consecuencia de la
necesidad de pastos para ganado. Un vegetariano salva 4.000 m2 de árboles al año.
c. HAMBRE MUNDIAL
"La mitad de la pesca mundial va para alimentar ganado, el 91% del maíz, el 77% de la
harina de Soya, el 64% de la cebada, el 68% de la avena y el 99% de las cosechas de
sorgo." Datos del departamento de agricultura de los Estados Unidos.
Sólo el ganado del mundo consume una cantidad de comida equivalente a las
necesidades calóricas de 8.700 millones de personas, es decir más que la p oblación total
sobre la tierra.
10 hectáreas sembradas en legumbres alimentan a 61 personas al día, mientras que las
mismas 10 hectáreas con ganado alimentan sólo a dos personas.
Una hectárea sembrada en soya produce 5 kg. de proteína que alimenta a 70 p ersonas.
Una hectárea con ganado produce ½ kg. de carne que alimenta a 3 o 4 personas.
d. ECONOMÍA
Según cifras de la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la agricultura y la
alimentación), para alimentar el ganado se utiliza el 95% de la producción mundial de
soya y el 44% de la de cereales, es decir, los animales consumen 600 millones de
toneladas de cereales anualmente. En Estados Unidos, por ejemplo, más del 80 % del
maíz y más del 95 por ciento de la avena que se cultivan son destinados al alime nto de
animales.
Por cada 16 kilos de cereales y legumbres dadas al ganado vacuno, sólo se obtiene 1
kilo de carne.
Para producir 1 kg de proteína por medio de la cría de animales se gasta 25 veces más
recursos energéticos y naturales que para producir la misma cantidad de proteína
vegetal. La producción de una sola hamburguesa gasta combustibles fósiles
equivalentes a los necesarios para conducir un coche pequeño durante 32 km. o el agua
suficiente para 17 duchas.
e. ÉTICA
El hacinamiento, las privaciones, el maltrato y las mutilaciones imperan en las fábricas
de carne de hoy. Los terneros son separados violentamente de sus madres y puestos en
jaulas que impiden el movimiento del animal, abusando de ellos hasta sus limites
biológicos en la incesante búsqueda de ganancias a corto plazo."
"Alimentados a la fuerza, manipulados genéticamente, inseminados artificialmente,
cortadas sus orejas, colas, picos y cuernos, marcados con hierros calientes, castrados y
mutilados sin anestesia ni entrenamiento médico. Las co ndiciones horripilantes de
transporte y movilización privándolos de alimento, agua y abrigo de los elementos
prolongan su agonía hasta el último suspiro."
Cuando perdemos el respeto por la vida animal también lo perdemos por la vida
humana. Hace veintiséis siglos Pitágoras dijo: "Aquellos que matan animales para
comer su carne tienden a masacrarse a sí mismos".
f. RELIGIOSAS
El Antiguo Testamento instruye: " No Matarás " Esto tradicionalmente se malinterpreta
como si se refiriera sólo al asesinato, pero el hebreo original es "lo tirtzach", lo cual se
traduce claramente como "No Matarás". Clemente de Alejandría, Padre de la Iglesia,
recomendó una dieta sin carne, al igual que San Juán Crisóstomo, San Benedicto y la
orden Trapense. El Señor Buda advino con el propósito de detener la matanza irrestricta
de animales y establecer su doctrina de "ahimsa" (no violencia).
Las Escrituras Védicas de la India, también apoyan el vegetarianismo.
Según la ley del karma, si causamos dolor y sufrimiento a otros seres vivie ntes,
debemos soportar lo mismo a cambio, ya sea tanto individual como colectivamente.
Nadie puede escaparse a la ley del karma, excepto aquellos que comprenden cómo ésta
trabaja y así cumplen con ella.
Según las escrituras védicas el vegetarianismo posee una dimensión espiritual más
elevada que puede ayudarnos a desarrollar nuestra apreciación natural y amor por Dios
para lo cual se establece el ofrec imiento de los alimentos a Dios.

sábado, 18 de julio de 2009

Reconocimiento medico deportivo

EL RECONOCIMIENTO MÉDICO-DEPORTIVO. INTRODUCCIÓN
Actualmente existe en nuestra sociedad una tendencia al aumento de los practicantes de actividades deportivas, justificable por: los indudables beneficios que la actividad física comporta, no sólo a nivel físico, sino también psicológico y educativo; los hábitos de vida que van modificándose con los nuevos tecnicismos que nos invaden y que exigen cada vez menos esfuerzo físico; un aumento de la longevidad por el avance de la medicina y una tendencia a anticipar la edad de la jubilación, lo que conduce a poder disponer de más tiempo libre que posibilita la realización de actividades deportivas. Ahora bien, el deporte comporta riesgos para el organismo al someterlo a un estrés físico y psíquico al que hay que adaptarse. Estos riesgos se deben prevenir y evitar, en la medida de lo posible, con la realización de una valoración previa del estado de salud que confirme la aptitud física y que permita poner en evidencia cualquier alteración con posibilidades de agravarse por la práctica de cualquier actividad física. Una buena valoración previa a la práctica deportiva disminuye el riesgo de tener un accidente cardiovascular en el momento en que se está haciendo ejercicio. Las personas que hacen ejercicio físico habitualmente tienen menos riesgo (unas 4 veces menos) de tener un problema cardiovascular que las personas sedentarias. Sin embargo, hay que tener muy en cuenta que en el momento de hacer ejercicio el riesgo de tener un accidente cardiaco es mayor que si no se hace ejercicio, especialmente en aquellas personas que tiene alteraciones cardiacas que se han manifestado, o no, previamente. Por lo tanto, una persona durante la hora diaria que hace ejercicio, tendrá más riesgo que otra que no hace ejercicio, pero tendrá mucho menos riesgo durante las 23 horas restantes del día. Para disminuir en lo posible este riesgo y beneficiarse de los efectos positivos del ejercicio físico sobre la salud,
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es conveniente que las personas que quieran hacer ejercicio físico hagan una valoración previa. Dicha valoración sirve para: • Identificar a las personas que deberían tener prohibido hacer ejercicio. • Conocer a las que deberían hacerlo bajo supervisión médica. • Disminuir todo lo posible el riesgo que existe en el momento en que se hace ejercicio. • Identificar a las personas que tienen factores de riesgo de sufrir una enfermedad cardiovascular. En muchos casos, la valoración previa no requiere un reconocimiento médico completo; puede bastar con las respuestas que de el propio sujeto o con una entrevista con su médico de familia. El que no sea imprescindible no quiere decir que no sea conveniente que pasen ese examen las personas que no necesitan pasarlo, ya que además de disminuir el riesgo de accidente cardiovascular el reconocimiento médico sirve para: • Detectar posibles limitaciones para la práctica deportiva. • Obtener información sobre la condición física de la persona en cuestión. • Prescribir la intensidad del ejercicio. • Valorar la evolución y el progreso del deportista. Se ha establecido que las personas que más riesgo tienen cuando hacen ejercicio son: • Las enfermas que hacen ejercicio intenso. • Las que no tienen enfermedad manifiesta pero sí factores de riesgo y hacen ejercicio intenso. • Las que hace años que no realizan ejercicio y un día, de repente, hacen ejercicio muy intenso. • Las que realizan ejercicio, a la intensidad que sea, pero de una duración excesiva. • Los varones mayores de 45 años y las mujeres mayores de 55. Para disminuir de modo importante el riesgo de tener un accidente cardiovascular durante el ejercicio físico se deben cumplir las recomendaciones sobre como hacer ejercicio de modo saludable y seguir rigurosamente los pasos que se explican a continuación.
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El primer paso consiste en conocer si la persona está diagnosticada de una enfermedad que le desaconseje hacer ejercicio físico. Se trata de un pequeño número de enfermedades tales como: valvulopatías cardiacas severas, tromboflebitis, insuficiencia cardiaca congestiva, angina inestable, infarto de miocardio reciente, miocarditis activa o reciente, embolia pulmonar o sistémica reciente, arritmias ventriculares malignas, arritmias cardiacas no controladas, enfermedad infecciosa aguda y psicosis. El segundo paso es saber si se está diagnosticado de una enfermedad de riesgo (diabetes, enfermedad cardiovascular, asma, enfermedades del hígado, tiroides, riñón, infecciones crónicas, obesidad, osteoporosis, anemia, hernias, artrosis, artritis, anorexia, cáncer, sida o alteraciones convulsivas contrastadas), o se vive una situación especial como puede ser un embarazo, que sólo aconseje hacer ejercicio después de haberse sometido a un reconocimiento médico que incluya una prueba de esfuerzo o, en el caso del embarazo, después de la consulta con el ginecólogo. El tercer paso consiste en ver si existe al menos un signo o síntoma que haga sospechar la existencia de una enfermedad cardiaca o metabólica: dolor en el pecho, sensación de falta de aire, desmayo o vértigo, disnea, tobillos hinchados, palpitaciones, claudicación al andar en miembros inferiores, soplo cardiaco y fatiga inhabitual. El cuarto paso es saber si existen factores de riesgo que permitan sospechar que la persona puede presentar en un futuro accidentes cardiovasculares. Esto factores son: • Edad (hombre mayor de 45 años y mujer mayor de 55). • Historia familiar de enfermedad cardiovascular en padres o hermanos que empezaran a manifestarse antes de los 55 años en los hombres o de 65 en las mujeres. • Fumar o haber dejado de hacerlo hace menos de 6 meses. • Hipertensión arterial. • Tener colesterol total en sangre elevado (mayor de 200 mg/dl) o colesterol-HDL inferior a 35 mg/dl. • Diabetes. • Sedentarismo. El quinto paso tiene en cuenta el número de factores de riesgo que tiene la persona, su edad y las intenciones de ejercicio. Cuando la persona tiene menos de 2 factores de riesgo:
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• Si tiene menos de 46 años (hombre) o de 56 años (mujer), esta persona NO necesita no necesita someterse a un examen médico previo y puede realizar ejercicio de cualquier intensidad, incluida la competición. • Si tiene más de 45 años (hombre) o de 55 años (mujer) y solamente quiere hacer ejercicio de intensidad moderada, esta persona NO necesita someterse a un examen médico previo. • Si tiene más de 45 años (hombre) o de 55 años (mujer) y quiere hacer ejercicio de intenso o competir, SI es aconsejable someterse a un examen médico que incluya una prueba de esfuerzo. Cuando la persona tiene 2 o más factores de riesgo, SI es aconsejable pasar un examen médico que incluya una prueba de esfuerzo, antes de hacer ejercicio moderado o intenso. Siempre que sea necesario realizar el examen médico con prueba de esfuerzo, el resultado podrá ser uno de los siguientes: 1. Puede hacer ejercicio físico y competición. 2. Solamente puede hacer ejercicio moderado sin competición y sin necesidad de control médico. 3. Es conveniente que haga ejercicio pero bajo control médico. 4. No es aconsejable que haga ejercicio. 5. Deberá realizar pruebas médicas más sofisticadas. Esta valoración previa conviene volver a repetirla: • Cada 4 o 5 años, para los menores de 46 años (hombres) y de 56 (mujeres), con menos de dos factores de riesgo y ningún signo o síntoma de enfermedad cardiaca o metabólica. • Cada año, para los mayores de 45 años (hombres) o de 55 años (mujeres), y todos los que han necesitado pasar el examen médico deportivo. EXAMEN MÉDICO En la práctica deportiva pueden realizarse esfuerzos de muy variada intensidad y duración. Muchas personas sólo practican deporte algún que otro día de verano. Otras aprovechan los fines de semana para practicar su actividad deportiva preferida. En otros casos, son muchas las horas de entrenamiento y competición acumuladas por deportistas aficionados, y nada diremos ya de los que hacen del deporte su profesión. El reconocimiento médico deberá cubrir las distintas necesidades de cada uno de esos grupos.
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Para el primer tipo de personas, es decir, las que practican deporte como entretenimiento o se inician en el mismo, se debería procurar un estudio que se puede denominar "de aptitud" y constaría al menos de los siguientes apartados: * Interrogatorio o historia médico-deportiva. * Examen clínico, especialmente centrado en la integridad de los aparatos cardio-respiratorio y locomotor, con toma de constantes basales y antropométricas. * Análisis de sangre y orina, optativo según edad. Ante cualquier sospecha o duda tras el reconocimiento haría imprescindible la práctica de otros estudios más profundos. En el caso de los deportistas aficionados con alto volumen de entrenamiento o que participan en competiciones, no basta con conocer su buen estado físico de reposo. Las exigencias a que se va a ver sometido su organismo harán necesario la realización de pruebas en situación de esfuerzo, con monitorización y control de la respuesta de los principales parámetros cardiocirculatorios al esfuerzo. Estas exploraciones forman parte del reconocimiento médico "de competición". Un mundo aparte es, o al menos debiera ser, el de los profesionales y deportistas de elite, e incluso ciertos aficionados por su dedicación al deporte. Tanto el volumen como la intensidad de su trabajo y, sobre todo, la necesidad de un alto rendimiento, hacen preciso, no sólo determinar su integridad física, sino también obtener pautas para programar debidamente el entrenamiento y controlar el rendimiento deportivo. Esta doble faceta obligará a realizar estudios más frecuentes y minuciosos, que serán objeto de los reconocimientos "de rendimiento" y cuya pormenorización escapa a los objetivos de este tema. Tanto sugerir que el ejercicio físico es peligroso como el insistir en que todas las personas sedentarias reciban asistencia médica antes de incrementar su actividad podría tener un impacto potencialmente negativo en la participación de actividades físicas. Con el fin de proporcionar algunas directrices generales, el Colegio Americano de Medicina Deportiva (ACSM) sugiere las recomendaciones que se recogen en la tabla I para determinar cuando se ha de realizar una valoración médica. 5
Aparentemente sanos Riesgo incrementado (> 2FR) Jóvenes Mayores Enfermedad, síntoma o signo conocido Ejercicio moderado NO NO NO SI SI Ejercicio intenso NO SI SI SI SI Tabla I. Recomendaciones del ACSM para reconocimiento médico y prueba de esfuerzo previo a la realización de esfuerzos físicos. Por tanto, y volviendo al tema que nos ocupa, el reconocimiento médico "de aptitud" perseguirá los siguientes objetivos: * Determinar el estado de salud de una persona para realizar esfuerzos físicos. * Detectar anomalías que puedan limitar o desaconsejar la práctica del deporte. * Vigilar el agravamiento o evolución de posibles alteraciones orgánicas existentes. * Hacer educación sanitaria para que el deportista conozca cuales son los hábitos higiénicos y de vida adecuados. Partes del examen médico Actualmente todos los estamentos implicados de uno u otro modo en el deporte (deportistas, técnicos, directivos, personal sanitario) coinciden en la necesidad de realizar unos reconocimientos médicos adecuados a los deportistas. Sin embargo, aún estamos lejos de que estos reconocimientos se practiquen con la necesaria frecuencia y calidad. Kulund ha expresado claramente esta cuestión: "Cada año millares de jóvenes deportistas son sometidos a exploraciones masivas apresuradas y superficiales por parte de médicos voluntariosos en habitaciones ruidosas y en condiciones de hacinamiento. Esas exploraciones representan un peligro para los deportistas y generan una opinión muy aleatoria acerca de los médicos y de la importancia de los cuidados sanitarios y de la aptitud física". 6
Por tanto, el reconocimiento médico-deportivo ha de reunir unos criterios de calidad, que permita, a través de una adecuada sistematización y selección de las pruebas realizadas, poner de manifiesto las alteraciones más frecuentes que tengan repercusión en la actividad deportiva. Para que el reconocimiento posea un mayor valor debe ir dirigido a problemas concretos y realizado por personal experimentado. Las exploraciones que se realicen para comprobar el estado de salud en los reconocimientos médicos a deportistas deben poseer ciertas condiciones entre las que conviene resaltar las siguientes: - Los datos deben recogerse en una ficha fácil de cumplimentar. - No precisar de un material sofisticado y de difícil adquisición. - Posibilidad de entregar una copia o informe al deportista, a la familia y/o al entrenador. - Que se puedan comparar los datos obtenidos en diferentes épocas para valorar su evolución. HISTORIA MÉDICO-DEPORTIVA El reconocimiento médico comenzará con una conversación o diálogo con el deportista, para conocer diferentes aspectos que puedan tener influencia en su estado de salud y en la adaptación al ejercicio. En ocasiones la historia puede realizarse por medio de una encuesta, sobre todo si la persona a valorar es un joven, para que sea cumplimentada por los padres antes de acudir al reconocimiento. Es deseable que en la citada historia, previa a la exploración, existan dos partes: una que refleje cuestiones en relación a la salud (historia médica) y otra en la que se hagan constar datos desde el punto de vista de la práctica deportiva (historia deportiva). En la historia médica se deben reflejar: * Antecedentes familiares. Es importante conocer las enfermedades sufridas por los familiares cercanos, debido a la orientación que supone para la búsqueda de afecciones hereditarias y patologías familiares como hipertensión arterial, diabetes,
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asma, hipercolesterolemia, anemia y obesidad, estableciendo el grado de parentesco. También se han de investigar antecedentes de muerte súbita en hermanos jóvenes y de enfermedades cardíacas, entre otras. * Antecedentes personales. Se debe indagar sobre la existencia de enfermedades crónicas, cardiopatías, alteraciones respiratorias, problemas digestivos, procesos infecciosos, alteraciones neurológicas, alergias, problemas dérmicos, alteraciones ortopédicas del aparato locomotor, intervenciones quirúrgicas, etc, que puedan limitar o condicionar la práctica deportiva. * Lesiones deportivas. Interesa saber los accidentes y traumatismos agudos sufridos, que puedan condicionar la presencia de alteraciones y secuelas posteriores; así como las patologías propias de la práctica deportiva específica, conocidas con el nombre de lesiones por sobrecarga o tecnopatías, y que pueden orientar hacia la presencia de un defecto anatómico o un deficiente gesto técnico. * Hábitos sociales y vacunaciones. Se recogerán los hábitos en relación al consumo de tabaco, alcohol, café y otros estimulantes, así como tipo de trabajo, tiempo de descanso, etc, que puedan condicionar la práctica deportiva. Es también el momento de comprobar que se ha seguido el calendario de vacunaciones, y sobre todo se debe insistir en la vacunación antitetánica, ya que el deportista tiene mayor riesgo de sufrir heridas. La historia deportiva, va a tener especial importancia a la hora de la valoración funcional del deportista, por lo que será preciso hacer constar: * Antecedentes deportivos. Tiempo que lleva realizando deporte, nivel al que lo practica, deportes practicados anteriormente y motivos para la práctica deportiva. * Hábitos deportivos. Años de entrenamiento, días de entrenamiento a la semana y horas al día, tipo de entrenamiento, intensidad, volumen, momento de la temporada en que se encuentra, en caso de participar en competiciones, si realiza calentamiento y vuelta a la calma, etc. 8
EXPLORACIÓN Antropometría La cineantropometría es la ciencia que estudia la morfología corporal, cuantificando tamaño, forma y proporción y composición del cuerpo humano. Dado que los factores morfológicos pueden influir en el rendimiento físico, ya sea limitándolo o favoreciéndolo, han de ser tenidos en cuenta dentro del estudio médico. La realización de un estudio antropométrico, con la determinación de la composición corporal y el somatotipo, es importante para la detección de talentos deportivos, emisión de consejos dietéticos, control nutricional y constatación de modificaciones corporales producidas con el paso del tiempo y la práctica deportiva. Las medidas antropométricas más habituales son: peso, talla, pliegues cutáneos (tricipital, subescapular, suprailíaco, abdominal, muslo, pierna); diámetros óseos (fémur, húmero, muñeca) y perímetros musculares (brazo, pierna). La metodología para estas mediciones es la recomendada por el Grupo Español de Cineantropometría. Con todas estas medidas y aplicando una serie de fórmulas, se pueden obtener la composición corporal y el somatotipo de la persona estudiada. Teóricamente a cada modalidad deportiva le correspondería una morfología ideal. Como no esta definido este perfil antropométrico óptimo, las recomendaciones, valoraciones y comparaciones que se realizan están basadas en las descripciones de los estudios llevados a cabo en muestras de deportistas que ya han alcanzado el éxito deportivo y se encuentran en la alta competición. La composición corporal es el estudio del fraccionamiento del peso total del individuo en dos compartimentos: peso graso y peso libre de grasa (peso óseo, muscular y residual). El peso total es una medida grosera de la estructura de la persona. Su fraccionamiento va a permitir una conclusión con respecto a la constitución corporal de esa persona en un momento determinado. El modo más sencillo de examinar el estado del peso corporal consiste en calcular el índice de masa corporal (IMC) o índice de Quetelet. El IMC se calcula dividiendo el el peso corporal en kilogramos por la altura en metros cuadrados (kg/m2). Este índice examina el peso en relación con la altura. A medida que aumenta el IMC, también se incrementa la mortalidad a causa de enfermedades cardíacas, cáncer y diabetes. Se habla de delgadez cuando el valor del IMC se sitúa entre 17 y 20, de normalidad entre 20 y 25, y de obesidad por encima de 25.
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Pero el panorama se ha visto complicado aún más al comprobar que la relación obesidad-morbilidad, no es meramente cuantitativa. Esto es, la distribución regional del exceso de tejido adiposo tiene importantes consecuencias metabólicas y puede ser un factor más importante que la masa adiposa total. La grasa distribuida por el abdomen (obesidad androide o de la parte superior del cuerpo) está asociada con unos niveles superiores de morbilidad y mortalidad que la grasa distribuida por debajo de la cintura (obesidad ginoide o de la parte inferior del cuerpo). Lo ideal es que la circunferencia de la cintura (que representa la distribución de grasa androide o de la parte superior del cuerpo) sea inferior que la circunferencia de la cadera (que representa la distribución de grasa ginoide o de la parte inferior del cuerpo). La relación cintura-cadera se recomienda, por tanto, como un ejemplo a aconsejar acerca de la distribución de grasa y de los riesgos asociados de morbilidad y mortalidad. La relación media de cintura-cadera para las mujeres de entre 17 y 39 años es 0,80. Para hombres de entre 17 y 29 años es 0,90. Las relaciones superiores a 0,86 para las mujeres y 0,95 para los hombres, suponen para el individuo un riesgo para su salud significativamente mayor de padecer una enfermedad. La tendencia actual en la valoración de la composición corporal es trabajar con la suma de pliegues cutáneos, en milímetros, y con patrones o perfiles de pliegues cutáneos. Un incremento en la suma de los pliegues es indicativo de un aumento de la masa grasa y viceversa. El rendimiento físico se correlaciona negativamente con el grosor de los pliegues cutáneos en la mayoría de los deportes. Además, el incremento de la masa grasa provoca disminución de las habilidades motoras. La valoración de la composición corporal también es especialmente importante en el control de la respuesta al entrenamiento. Así, por ejemplo, con el entrenamiento de fuerza cabe esperar un aumento de la masa muscular debido a la hipertrofia de la musculatura. Sin embargo, la masa corporal podría haber aumentado debido a un incremento de la masa adiposa, relacionada con un exceso de ingesta calórica. Por otro lado, es posible que un programa de entrenamiento no produzca cambios en la masa corporal total, pero sí que modifique la composición corporal, aumentando la proporción de tejido muscular y disminuyendo la proporción de tejido adiposo.
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Además, la tendencia a acumular y a perder grasa es diferente de unas regiones a otras. Igualmente los cambios que experimenta la masa muscular con el entrenamiento y la inmovilización son altamente específicos. Aunque durante muchos años se identificó el análisis de la composición corporal con la determinación de la masa grasa o del %GC, en el ámbito del deporte también tiene mucho interés el seguimiento de los cambios que experimenta la masa muscular. La masa muscular aumenta en respuesta al entrenamiento de fuerza y, en menor medida, al entrenamiento de resistencia. Los cambios que experimenta la masa muscular con el entrenamiento y la inmovilización son altamente específicos. El somatotipo fue definido por Carter como la descripción numérica de la configuración morfológica de un individuo en el momento de ser estudiado. Para su determinación el método antropométrico más utilizado es el de Heath-Carter, que mediante el método citado, junto con el empleo de diferentes ecuaciones, se obtienen tres cifras que representan los componentes primarios en los que se puede descomponer el ser humano: - Endomorfia: se refiere a la cantidad relativa de grasa. - Mesomorfia: representa el desarrollo músculo-esquelético. - Ectomorfia: se refiere a la relativa linealidad o relación entre altura y peso corporal. En general, para cada componente valores de 0,5 a 2,5 se consideran bajos; de 3 a 5 medios; de 5 a 7 altos y por encima de 7 muy altos. La representación gráfica de los valores de estos tres componentes se denomina somatocarta. El somatotipo presenta una clara diferenciación sexual. Las mujeres tienden a ser más endomórficas y menos mesomóficas que los hombres. También existen diferencias entre razas o etnias. La mayor variabilidad la presentan el componente endomorfo y el mesomorfo, siendo el componente ectomorfo el más estable.
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En general los deportistas son menos endomorfos y más mesomorfos que los no deportistas para la misma edad. El ejercicio físico provoca una disminución del componente endomorfo, un aumento del componente mesomorfo y escasa variación del componente ectomorfo. A través del somatotipo se pueden establecer comparaciones entre un individuo y un patrón de referencia (generalmente extraído de deportistas de élite), entre un deportista y un grupo determinado (equipo) o entre dos individuos de un mismo grupo o deporte. Valoración del crecimiento Si el deportista se encuentra en edad de crecimiento, también deberá realizarse una valoración del mismo que incluya: la determinación actual de peso y talla (según la edad y el percentil alcanzado en ese momento); y la velocidad de crecimiento anual. Como estudios complementarios, y si el caso lo requiere, serán de utilidad el estudio de la maduración ósea (que permite determinar la edad biológica) y la predicción de la talla definitiva. Exploración del aparato locomotor La práctica de cualquier actividad deportiva, sobre todo durante el crecimiento, precisa de un estudio del aparato locomotor, centrado principalmente a nivel del raquis, articulaciones más implicadas en la práctica deportiva (caderas, rodillas, pies) y sistema muscular. En el estudio de la columna vertebral, nos debemos fijar en la existencia de alteraciones en el plano frontal o sagital. 12
En dicho plano frontal, el raquis normal debe carecer de curvas. La aparición de alguna puede deberse a una actitud escoliótica o a una verdadera escoliosis estructurada. Se descarta la presencia de las mismas con la inspección de la espalda, realizada en bipedestación, buscando la existencia de desniveles, asimetrías y protrusiones; toma de flechas laterales y realización del test de flexión anterior del tronco o test de Adams para descartar la existencia de una giba o saliente paraespinal, que sería indicativo de una rotación de las vértebras. La presencia de una giba menor de 5 mm. carece de interés. En el plano sagital, el raquis normal posee unas curvas fisiológicas: lordosis cervical, cifosis dorsal y lordosis lumbar. Las alteraciones consisten en el aplanamiento o rectificación de las curvas fisiológicas o los incrementos de las mismas. Para valorar la presencia de alteraciones, se observa la morfología del raquis en bipedestación y en su actitud habitual, el comportamiento de la columna tanto en la flexión anterior del tronco como en sedentación, la medición de las flechas sagitales y la obtención de los correspondientes índices cifótico y lordótico. En los defectos posturales moderados se debe recomendar revisión periódica, higiene postural, ejercicios de gimnasia correctiva y adecuada indicación deportiva. Tanto en las actitudes marcadas como en la sospecha de alteraciones estructuradas, será preciso una valoración especializada. En caso de cifosis postural recomendar ejercicios de potenciación de la musculatura interescapular y extensora del raquis (colocando un rodillo o toalla bajo la pelvis); musculatura glútea y abdominal (elevando piernas); así como ejercicios de flexibilización del segmento dorsal y de estiramiento de los pectorales e isquiosurales. En caso de cifosis lumbar se debe evitar elevar las piernas más de 30-40º del suelo al ejecutar los abdominales. En las hiperlordosis lumbares recomendar ejercicios de potenciación de abdominales (elevando las piernas desde los 40º hasta la vertical) y glúteos (colocando un rodillo debajo del abdomen); así como ejercicios de flexibilización del
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segmento lumbar y de estiramiento del cuadrado lumbar, erectores lumbares, psoas y recto anterior del cuádriceps. Las anomalías de la pelvis pueden repercutir sobre la estática vertebral, por este motivo es preciso su estudio de manera conjunta al de la columna. En el plano frontal, la existencia de desnivel pélvico puede ser secundario o no a dismetría de miembros inferiores. Primeramente se hace un examen visual y ante su sospecha se procede a palpar, en bipedestación con rodillas extendidas y talones apoyados, las espinas ilíacas anterosuperiores, posterosuperiores y crestas ilíacas, y a la nivelación mediante plantillas. Cuando la discrepancia sea mayor de un cm. o exista clara repercusión sobre el raquis, se deberá remitir al especialista. La unión de los diferentes huesos de los miembros inferiores a través de las correspondientes articulaciones, forman unos ángulos que son diferentes de unas articulaciones a otras y que pueden dar lugar a alteraciones torsionales de los miembros inferiores. Se deben buscar mediante la inspección del deportista en bipedestación, de frente, con los pies juntos y paralelos, y comprobando si en esa posición las rótulas están o no orientadas hacia delante. Su existencia es normal hasta los 9 a 12 años, edad a la que deben normalizarse. Si se encuentran en edades más tempranas son importantes las recomendaciones posturales. Si se detectan posteriormente y son leves, no darle importancia. Si son marcadas conviene un estudio más detallado, para valorar posibles repercusiones. En cuanto a las rodillas, se debe realizar una exploración de los ejes y si hay alteraciones de los mismos. En una visión frontal se puede apreciar un genu varo (rodillas en O) o un genu valgo (rodillas en X). A partir de los 9-12 años no se va a producir la corrección definitiva, por lo que si la distancia intermaleolar o intercondílea supera los 6-8 cms. precisarán un estudio más exhaustivo por el especialista. En una visión lateral se puede apreciar la presencia de genu recurvatum (rodillas hiperextendidas) o de genu flexo (rodillas en semiflexión). Todo genu
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recurvatum superior a los 15-20º y todo genu flexo deben ser valorados por el especialista para analizar las repercusiones sobre la articulación fémoro-patelar. Todas estas alteraciones pueden repercutir negativamente al facilitar la aparición de lesiones por sobrecarga y procesos artrósicos precoces. También se debe explorar la presencia de signos de sufrimiento fémoro-rotuliano o de alteraciones típicas del crecimiento. Se debe realizar un estudio estático de los pies en un podoscopio para conocer la presencia de pie plano o cavo, buscar la presencia de hallux valgus (juanetes), de fascitis plantar (inflamación de la fascia plantar) y de calcáneo varo o valgo (existencia de oblicuidad exagerada hacia dentro o hacia fuera de la inserción del tendón de Aquiles sobre la tuberosidad posterior del calcáneo). Por último, será preciso una exploración músculo-tendinosa para comprobar el desarrollo muscular simétrico en ambos lados. Hay que descartar la presencia de una fibrosis glútea. Para ello, se ve si en decúbito supino existe una limitación de la flexión de la cadera con rodilla flexionada. Otra patología a descartar, por su repercusión sobre raquis y pelvis y su frecuencia, es la cortedad de la musculatura isquiosural. Para su valoración recomendamos el test EPR (Elevación Pierna Recta) que valora la flexión unilateral de la cadera con rodilla extendida. También se puede realizar de una forma menos específica, mediante el test de flexión de tronco, midiendo la distancia que existe entre los dedos de la mano y los pies, tanto en sedentación como en bipedestación. Ya se ha comentado que la cortedad isquiosural puede repercutir sobre la columna vertebral. Una exploración sencilla y que puede orientar sobre la disposición de la pelvis es la medición del ángulo lumbo-horizontal en flexión de tronco (L-Hfx). Para ello, con el deportista en la misma posición que para la determinación de la distancia dedos-pie, y aprovechando el momento de máxima flexión, se mide el ángulo que forma la pelvis y columna lumbar con la horizontal. 15
Los 90º indican la verticalidad, medidas superiores muestran retroversión de la pelvis. Cuanto mayor sea el ángulo L-H indica mayor retroversión y más frecuente es la presencia de inversiones de la lordosis lumbar. También debemos valorar la existencia de cortedad del psoas, de elevada frecuencia, del cuádriceps y del tríceps sural: Test para el psoas o maniobra de Thomas. Valora el estado de extensibilidad del psoas. Con el individuo tumbado sobre una camilla con las rodillas flexionadas a 90o y dejando caer libremente las piernas por el borde de la misma, se realiza una flexión forzada de la cadera y rodilla, dirigiendo el muslo hacia el pecho al tiempo que se debe mantener la otra pierna pegada al plano de exploración. La elevación por encima del plano de la camilla, del muslo contralateral indica la existencia de una cortedad muscular. Test de flexión de la rodilla. Evalúa la flexión de la rodilla y el estado de extensibilidad del cuadriceps. El deportista se sitúa en decúbito prono y la pierna es flexionada pasivamente hacia el muslo, sin que las caderas de eleven. La imposibilidad de que el talón de la pierna flexionada contacte con las nalgas traduce una falta de extensibilidad del recto anterior del cuadriceps. Test de sentadilla. Valora la flexión dorsal del pie y el estado de extensibilidad del tríceps sural. Se puede objetivar invitando al deportista descalzo, desde la posición de bipedestación, a realizar una flexión de caderas y rodillas o sentadilla, sin elevar los talones del suelo. La imposibilidad de llegar con los glúteos a los talones indica la presencia de cortedad del tríceps sural. Exploración cardio-vascular Y si algún músculo trabaja a fondo en el deporte, es el miocardio. Por ello, como es lógico, el estudio del corazón será uno de los objetivos prioritarios del reconocimiento médico de aptitud. Este quizá sea el apartado más importante a la hora de realizar un reconocimiento médico deportivo de aptitud, sobre todo en adultos. Los deportes de
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fondo tienden a producir un aumento del tamaño cardíaco, ampliando la capacidad de sus cavidades, pero ocasionalmente esa adaptación puede desviarse de la normalidad, dando lugar a un crecimiento excesivo o a un engrosamiento de la pared muscular. Los riesgos que conllevan esas posibilidades, así como el descartar otras alteraciones, hacen preciso el control en reposo y durante el esfuerzo físico intenso. Por otra parte, el ejercicio tan prolongado puede incidir también sobre la red vascular, alterando parámetros como la tensión arterial o sus adaptaciones a los cambios de postura del cuerpo, a las modificaciones de la temperatura ambiente, etc. La exploración cardiovascular, debe consistir cuando menos en: auscultación cardíaca, toma de tensión arterial en reposo, electrocardiograma de reposo (ECG) y prueba de adaptación al esfuerzo. El examen por medio de la auscultación cardíaca se centra en escuchar cuidadosamente los ruidos del corazón y la existencia de "soplos" cardíacos. Es frecuente, sobre todo en niños y deportistas el hallazgo de soplos sistólicos de baja intensidad, no irradiados, que suelen ocupar sólo la primera parte de la sístole y que disminuyen con la maniobra de Valsalva. Por tanto la existencia de un soplo por sí mismo, no es indicativo prácticamente de nada; ya que la mayoría de los soplos no tienen ninguna repercusión sobre la circulación sanguínea y son considerados como funcionales o inocentes. En caso de duda, será preciso efectuar un ecocardiograma para descartar la presencia de cardiopatía orgánica. Es difícil establecer unos límites de normalidad de la tensión arterial, ya que existe gran variabilidad interpersonal en relación a la edad, sexo y superficie corporal. Para adultos, la OMS considera como valores normales de presión arterial (PA) cifras iguales o inferiores a 140 mm Hg para la PA sistólica y cifras iguales o inferiores a 90 mm Hg para la PA diastólica. Para los niños estos valores no sirven y se puede considerar hipertensión cuando las cifra de PA sobrepasa el percentil 95 para cada grupo de edad. En gente joven y deportistas de resistencia no debe darse importancia a unos niveles tensionales bajos, siempre y cuando se mantenga la formación de un
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volumen de orina que pueda considerarse como normal a lo largo de 24 horas y cuando no existan episodios de mareos repetidos sin cambios de posición. La existencia de una hipertensión de reposo franca, aconseja el estudio de la tensión en esfuerzo, ya que si su comportamiento es similar, sí que puede traer consecuencias para la práctica deportiva intensa. La realización de un electrocardiograma de reposo (ECG) es algo necesario en toda persona que realice deporte. Conviene destacar que el ECG del deportista con actividad física mantenida durante años puede presentar distintas alteraciones con respecto a la población sedentaria, tales como: bradicardia sinusal, bloqueo A-V de primer grado y de segundo tipo Wenckebach, bloqueo incompleto de rama derecha, extrasístoles aisladas, criterios de hipertrofia ventricular izquierda y alteraciones de la repolarización, más frecuentemente como patrón de repolarización precoz. Todas las exploraciones descritas hasta el momento son realizadas en reposo, y dado que se pretende comprobar la aptitud para realizar un esfuerzo, es conveniente hacer una prueba para conocer la adaptación del sistema cardiovascular al esfuerzo. En caso de deportistas adultos y de competición las pruebas de esfuerzo, realizadas en cicloergómetro o tapiz rodante, además de permitir el estudio de la función cardíaca y la respuesta de la tensión arterial al esfuerzo, sirven para valorar la capacidad funcional del deportista. Exploración pulmonar El aparato respiratorio, en condiciones normales, no es el que limita la capacidad de rendimiento del deportista (aunque esto actualmente esta siendo cuestionado). 18
Para valorar posibles secuelas de los problemas respiratorios sufridos y analizar los parámetros respiratorios en reposo se utilizan la auscultación pulmonar y la espirometría forzada, que informan del estado de la función pulmonar y de la existencia de procesos que alteran dicha función, permitiendo discriminar aquellas afecciones para las que se recomienda limitación de ejercicio físico. Exploraciones complementarias Otros datos de gran interés serán los que nos aporten los análisis de sangre y orina. La realización de una analítica elemental es recomendable en un deportista o persona que realice actividad física, para descartar la existencia de alteraciones no conocidas (diabetes, hipercolesterolemia), valorar el estado de la función renal y hepática, descartar la presencia de procesos infecciosos y estudiar parámetros como la hemoglobina y el hierro sérico que pueden influir en la actividad deportiva. PRUEBAS DE ESFUERZO En adolescentes sanos, y con una exploración normal, no está indicada la realización de una prueba de esfuerzo en la revisión sobre el estado de salud. Estas pruebas hasta los 35-40 años deben limitarse a la valoración de la forma física del deportista con alto grado de dedicación. Las pruebas ergométricas se pueden clasificar según la intensidad del esfuerzo en: pruebas máximas (cuando se realizan hasta el agotamiento) o submáximas (cuando finalizan antes del mismo); según la graduación del esfuerzo en: pruebas de carga constante (cuando la carga se mantiene durante todo el tiempo de la prueba) o de carga creciente (cuando la carga aumenta con el tiempo); éstas a su vez pueden ser pruebas en rampa (con esfuerzo creciente de forma continua) o escalonadas (cuando los incrementos de la intensidad de carga tienen lugar cada cierto tiempo). Usualmente, para la caracterización de la respuesta fisiológica aguda al ejercicio se utilizan programas de pruebas máximas, de esfuerzo continuo y de carga creciente, aunque en ocasiones pueden ser también útiles las pruebas de carga constante.
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El crecimiento de la carga se puede realizar en escalones cada 2-4 minutos, cada minuto o de forma continua (prueba en rampa). El primer tipo permite conseguir un estado estable en cada escalón; en los otros dos tipos no se consigue dicho estado aunque los resultados de la mayoría de las determinaciones fisiológicas pueden superponerse a los obtenidos en pruebas con estado estable. Entre las utilidades más destacadas de las pruebas de esfuerzo en Medicina del Deporte, además de para la planificación y control del entrenamiento, se encuentran: - Determinación de la condición física de base. - Evaluación de drogas permitidas y ayudas ergogénicas. - Búsqueda de enfermedad cardíaca oculta. - Seguimiento de una enfermedad conocida que no impide inicialmente el deporte. - Comportamiento de las alteraciones basales del ECG o trastornos del ritmo en los deportistas. Los datos obtenidos durante una ergometría pueden ser referidos en relación a la respuesta del sistema cardiovascular y como forma de valoración funcional. En relación a la respuesta del sistema cardio-circulatorio se estudian fundamentalmente tres parámetros: frecuencia cardíaca, tensión arterial en esfuerzo y electrocardiograma de esfuerzo. Los tres en conjunto informan sobre el estado cardio-circulatorio de una forma global y concretamente sobre aspectos parciales de la adaptación cardio-vascular al esfuerzo. Son de utilidad tanto en personas que realicen actividad física no competitiva como en deportistas de competición. * La frecuencia cardiaca (FC) es el mejor indicador de la intensidad del esfuerzo. Además del valor de la FC máxima alcanzada, es importante la relación existente a lo largo del esfuerzo entre la intensidad de la carga y la FC correspondiente que deben mantener una intensidad prácticamente lineal (salvo quizás en las proximidades del esfuerzo máximo). 20
* La presión arterial (PA) es un dato esencial en toda prueba de esfuerzo. Con pequeñas variaciones, la respuesta normal es una elevación gradual de la PA sistólica al ir aumentando la carga para llegar a nivelarse o descender muy ligeramente en los estadios de máximo esfuerzo. En la recuperación, estas cifras disminuyen con relativa rapidez hasta los valores de reposo, aunque puede producirse una hipotensión brusca si el esfuerzo se detiene abruptamente con el sujeto en posición erecta. Los valores de PA diastólica se mantienen o aumentan ligeramente a lo largo del esfuerzo. Una posibilidad no infrecuente es la aparición de una respuesta hipertensiva al esfuerzo en un sujeto con presiones normales en reposo. El seguimiento prolongado durante años de estos individuos ha permitido observar una mayor incidencia de aparición de hipertensión arterial entre los que habían presentado este tipo de respuesta en relación con los que respondieron normalmente. * Los parámetros electrocardiográficos en respuesta al ejercicio físico han sido ampliamente estudiados. Normalmente, el electrocardiograma no se altera durante el ejercicio, salvo los cambios correspondientes al aumento de la frecuencia y ligeras variaciones en la onda P, disminución de voltaje de la onda R, ligero desnivel de ST y cambios inespecíficos de la onda T. La valoración funcional va a permitir conocer el rendimiento del deportista, así como obtener datos que puedan ser aplicables en la programación y control del entrenamiento en deportistas de competición, y en la prescripción del ejercicio físico en personas sedentarias y deportistas no competitivos. Entre los parámetros de valoración funcional más útiles que nos aportan las pruebas de esfuerzo hay que citar: el consumo máximo de oxígeno (VO2max) y la determinación de los umbrales (aeróbico y anaeróbico). El VO2max puede ser determinado por procedimientos directos (más válidos y fiables) e indirectos. Sirve para valorar el estado de salud cardiopulmonar e indica el estado físico aeróbico de un individuo. Cuanto mayor sea su valor, mayor capacidad para deportes de resistencia. Su valor tiene poca aplicación al entrenamiento, ya que en su mayor parte viene determinado genéticamente y en deportistas bien entrenados apenas sufre modificaciones por el entrenamiento. 21
La determinación de los umbrales aeróbico y anaeróbico nos va a permitir, a efectos prácticos, establecer diferentes zonas de entrenamiento para tratar de individualizar lo máximo posible el entrenamiento y así incidir más o menos en uno u otro sistema energético. Conociendo dichos umbrales y con el uso del pulsómetro o de los tiempos de carrera, se pueden diferenciar cinco zonas de entrenamiento: • Zona 1 o de trabajo de recuperación-regeneración. En esta zona no se van a producir adaptaciones. El metabolismo energético más utilizado es el de los ácidos grasos y la intensidad de trabajo se sitúa por debajo del umbral aeróbico. Trabajar en esta zona puede servir como trabajo de recuperación después de sesiones de entrenamiento importantes. • Zona 2 o de trabajo aeróbico 1. En esta zona ya empiezan a producirse adaptaciones. El metabolismo energético es el de los ácidos grasos combinado con el de los carbohidratos. La intensidad de trabajo se sitúa entre el umbral aeróbico y a mitad de camino entre dicho umbral y el anaeróbico. Sirve para mejorar la resistencia de base. • Zona 3 o de trabajo aeróbico 2. Tiene las mismas características del anterior pero con más intensidad, por tanto la degradación de los hidratos de carbono en esta zona será mayor. La intensidad de trabajo puede establecerse entre el límite superior de la zona 2 y algo por debajo del umbral anaeróbico. Sirve para mejorar la capacidad aeróbica. • Zona 4 o de umbral anaeróbico. La intensidad de trabajo se establece alrededor del umbral anaeróbico y sirve para mejorar la resistencia mixta y la potencia aeróbica. • Zona 5 o de alta intensidad. La intensidad es siempre por encima del umbral anaeróbico. Se utiliza para mejorara la resistencia a anaeróbica mediante trabajo interválico. BIBLIOGRAFÍA. ABELLÁN J. La hipertensión arterial en la infancia y adolescencia. En: Santonja F, Martínez González-Moro I, eds. Valoración médico-deportiva del escolar. Murcia: Universidad de Murcia, 1992; 49-54.
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primeros auxilios

GENERALIDADES SOBRE PRIMEROS AUXILIOS ACTITUD ANTE LA URGENCIA VITAL URGENCIAS VITALES: Son aquellas situaciones que comprometen la vida de la víctima o pueden suponer un grave riesgo de generar secuelas invalidantes: • Paradas cardio-respiratoria. • Hemorragias masivas. • Pérdida de conocimiento. • Alteraciones en la temperatura (hipertermia o hipotermias). • Traumatismos craneoencefálicos y de columna vertebral. Ante una urgencia vital deben actuar las personas que se encuentren junto a la víctima y de una forma precoz y correcta, por lo que es necesario poseer un mínimo de conocimientos sobre primeros auxilios. La personas implicadas en la organización de actividades lúdico-deportivas que entrañen un posible riesgo de lesión deberían estar formadas expresamente para cada actuación concreta. ACCIDENTE: Se define como la presentación de un suceso fortuito del que resulta una lesión reconocible. Se producen por la coincidencia en el tiempo y en el espacio de unos condicionantes personales, ambientales y materiales. Lo ideal sería prevenir y evitar los accidentes conociendo cuales son las causas que influyen en su aparición. PRIMEROS AUXILIOS: Son la asistencia inmediata, limitada y temporal que se presta en caso de accidente o enfermedad súbita por una persona circundante (socorrista), en
tanto se espera la asistencia médica efectiva o se realiza el traslado a un centro sanitario. Los primeros auxilios se van a prestar en el lugar de los hechos, hasta la llegada de los sanitarios profesionales. La persona que actúa como socorrista deberá mantener la tranquilidad, demostrar una seguridad en sí mismo y en lo que hace, dominando la situación y evitando las improvisaciones. Además es necesario proteger el lugar de los hechos para evitar nuevos accidentes y alertar a los servicios de socorro. OBJETIVOS DE LOS PRIMEROS AUXILIOS: 1. Mantener con vida a la víctima. 2. No causar más daños. 3. Impedir que empeoren las lesiones. 4. Conseguir el auxilio definitivo. 5. Ayudar a los servicios médicos. 1 Mantener con vida a la víctima. • Retirarlo de la fuente de lesión • Mantener la respiración y el latido cardiaco • Cohibir las hemorragias 2 No causar más daños. • Colocarlo en una posición segura. • Realizar las movilizaciones de forma adecuada. • No dar de beber. • No ingerir alcohol. 3 Impedir que empeoren las lesiones ya existentes. • Actuar con rapidez y corrección. • No movilizar miembros fracturados. • Evitar la infección de las heridas. • Acompañar, tranquilizar y abrigar a la víctima. 4 Conseguir el auxilio definitivo. • Traslado a un centro sanitario (si las lesiones lo permiten
• Solicitar la ayuda "in situ” de los servicios sanitarios de urgencia (112; 061) 5 Ayudar a los servicios médicos. • Identificando a la víctima, explicar lo ocurrido e informado de lo realizado. ACTITUD GENERAL ANTE TODA EMERGENCIA: 1. ACTITUD PERSONAL DEL SOCORRISTA Conservar la calma. Valorar la situación. Conocer nuestras posibilidades y limitaciones (físicas, técnicas y de conocimientos. Distinguir las urgencias vitales. No causar más daños. 2.- VALORACIÓN DE LAS VÍCTIMAS Cuantificar el número de víctimas Priorizar la actuación Ordenar la evacuación Actitud individualizada hacia cada víctima 3.- ACTITUD PERSONALIZADA Nivel de conciencia. ¿Respira? ¿Tiene pulso? ¿Hemorragias? ¿Riesgo vital? ¿Otras lesiones? VALORACIÓN Y CUIDADOS DEL ACCIDENTADO CONSCIENTE 1. VALORAR EL NIVEL DE CONCIENCIA Observar la capacidad de orientación témporo-espacial de la víctima. Establecer la congruencia verbal y su capacidad de mantener una conversación
2. PREVENIR LOS VÓMITOS No dar de beber ni de comer Colocarlo, si las lesiones lo permiten, en la “posición lateral de seguridad” 3. VIGILAR PERMANENTEMENTE LAS CONSTANTES VITALES Conciencia Respiración Pulso arterial 4. IDENTIFICAR LA EXISTENCIA DE POSIBLES LESIONES Fracturas Contusiones Luxaciones Esguinces Heridas Quemaduras 5. ACTUAR SEGÚN LAS LESIONES ENCONTRADAS O SOSPECHADAS Sospechar lesión vertebral = Inmovilizar Fracturas, luxaciones = Inmovilizar Contusiones y esguinces = Aplicar frío e inmovilizar Heridas y hemorragias = Controlar y cubrir Quemaduras = Enfriar y cubrir
PÉRDIDA DE CONOCIMIENTO Son varias las situaciones que pueden llevar a la pérdida de conocimiento, la causa más frecuente es la lipotimia o desmayo, se debe a la irrigación insuficiente del sistema nervioso central, generalmente de forma pasajera y que se soluciona rápidamente. Las lipotimias se pueden deber a: miedo, emociones fuertes, visiones desagradables, ambientes cerrados, estar largo tiempo de pie, incorporarse bruscamente, calor y otras. Otras causas de pérdida de conocimiento se clasifican según la siguiente tabla: Traumatismos Neurológicas (Tras crisis epiléptica) Cardio-vasculares (Infarto) Metabólicas (hipoglucemia) Agotamiento y desnutrición Frío Intoxicaciones Ficticias ACTITUD ANTE UNA PÉRDIDA DE CONOCIMIENTO Primero se debe comprobar la pérdida de conocimiento preguntándole a la víctima cómo se encuentra, su nombre, etc.; a la vez se le darán unos golpecitos en los hombros y mejillas para ver su respuesta. Se debe procurar mantener la vía aérea permeable (hiperextensión del cuello) y tracción de mandíbula y comprobar si respira. Previamente hay que retirar los objetos extraños que se encuentren en la boca y limpiar las posibles secreciones (saliva o vómitos). Para facilitar la recuperación, si el paciente está en el suelo, se le levantarán las piernas para facilitar el riego sanguíneo cerebral. Se aflojarán las prendas que dificulten la respiración. Si la pérdida de conocimiento no es total se puede evitar que progrese sentando al paciente y haciendo una ligera presión sobre su cabeza para
flexionar el cuello y acercar la barbilla al pecho, con esto se consigue aumentar la presión intratorácica y favorecer el riego cerebral. Tras la recuperación de la conciencia, no hay que tener prisa en levantar a la víctima y si se puede se le colocará en posición lateral de seguridad para prevenir la aspiración de posibles vómitos. Abrigar al paciente y trasladarlo a un centro sanitario para valorar su estado. IMPORTANTE: NO dar de beber a una persona inconsciente. NO abandonar, ni perder de vista a una persona inconsciente. Observar y detectar la presencia de vómitos y la obstrucción de la vía aérea.
TRAUMATISMOS CRANEOENCEFÁLICOS Y DE COLUMNA VERTEBRAL Los traumatismos craneoencefálicos (TCE) son aquellas lesiones o accidentes que sobrevienen al cráneo, con o sin repercusión cerebral. Se producen por agentes mecánicos directos o indirectos. Los traumatismos de la columna vertebral ocurren por el contacto brusco con una superficie dura (caída desde cierta altura) o por movimientos bruscos y forzados de flexo-extensión, lateralidad o rotación. La importancia de estos traumatismos radica en la posible lesión de la médula espinal. La movilización de una vértebra fracturada puede llevar a la sección, compresión o estiramiento de la médula espinal. La lesión de la médula espinal puede dejar “incomunicada” una zona corporal con el cerebro y por tanto no transmitirse órdenes motoras a los músculos y no recibirse sensaciones ni información desde la periferia al cerebro. Cuanto más alta sea la zona medular lesionada, más grave es la lesión. Lesiones en médula cervical: Tetraplejia Lesiones en médula dorsal: Paraplejia Lesiones caudales: Incontinencia de esfínteres e impotencia SIGNOS DE GRAVEDAD ANTE LOS TCE • Pérdida de conocimiento. • Convulsiones y/o vómitos. • Pupilas de distinto tamaño. • Pérdidas de sensibilidad y/o movimiento. • Otorragia. Tanto en TCE como de columna vertebral hay sospechar la lesión neurológica y actuar como si se hubiera dañado el sistema nervioso, para evitar más complicaciones. Las actividades acuáticas son una de las causas de pérdida de conocimiento y se pueden deber a un mecanismo de choque directo o por flexo-extensión brusca del cuello. ASPECTOS A TENER EN CUENTA EN EL TRASLADO Y EVACUACIÓN • Vía aérea permeable. • Fijar y estabilizar cuello y cabeza. • No colocarlo en decúbito lateral. • No usar la posición lateral de seguridad. • No administrar medicamentos ni dar de beber.
• No tapar nariz ni oídos. LA MOVILIZACIÓN DEL TCE Y DE COLUMNA • No movilizar salvo que se imprescindible, para evitar una lesión más grave (parada cardio-respiratoria) o un nuevo accidente. • Esperar a los servicios especializados para el traslado (no en coche particular). • No flexionar el cuello (¡CASCO!) • No sentarlo ni incorporarlo; ni asirlo por las axilas ni brazos. • Usar camilla de tijera para el traslado, siempre en horizontal. • Si es posible colocar collarín cervical. ACTITUD GENERAL ANTE TRAUMATISMOS DE COLUMNA VERTEBRAL Y TCE • Control de constante vitales • Abrir vía aérea • Inmovilizar el cuello (“collarín”) • Movilización precisa • Transporte adecuado y profesionalizado.
PARADA CARDIO-RESPIRATORIA La parada cardio-respiratoria (PCR) es el último eslabón de cualquier enfermedad grave. Si ocurre de forma inesperada en un individuo previamente sano, se habla de muerte instantánea. Si aparece antes de las 24 horas del comienzo de los síntomas, es la muerte súbita. Cuando es secundaria a la acción de diversas causas externas sobre el organismo, es la muerte accidental. La PCR se debe al cese de la actividad del corazón unida a la de los pulmones; la causa primaria puede estar tanto en el corazón (infarto de miocardio) como en los pulmones (asfixia por inmersión o atragantamiento), pero el resultado y la actitud a adoptar por parte de los socorristas-reanimadores va a ser prácticamente la misma. La muerte aparente es el paro respiratorio con lentitud de latidos cardiacos, imperceptibles clínicamente (sólo con ECG) y que puede evolucionar a muerte real o a la recuperación, con o sin secuelas, si se instaura de forma inmediata la REANIMACIÓN CARDIO-PULMONAR (RCP). CAUSAS: De origen cardiaco * 60% coronariopatías. Hipoxia miocárdica secundaria a la oclusión de un vaso coronario. * Hipotermia. En postoperatorios de cirugía cardiovascular o accidentales. Aparece una fibrilación ventricular y la muerte. * Alteraciones electrolíticas. Hipo e hiperpotasemias. * Electrocución. De origen respiratorio * Apnea mantenida : Asfixia. Ahogamientos. Recién nacido. * Reflejos vagales por golpes. * Intoxicaciones : CO. Barbitúricos. Ante una PCR se deben iniciar de inmediato las maniobras de reanimación cardiopulmonar (RCP) básica para revertir la situación y evitar la muerte de la persona. REANIMACIÓN CARDIOPULMONAR El fin de la reanimación cardiopulmonar es la detección precoz de una PCR y la sustitución de la respiración y circulación espontáneas, mediante una serie de maniobras y técnicas, en espera de que pueda aplicarse un tratamiento médico definitivo y/o la recuperación de las constantes vitales. Se considera una RCP BÁSICA aquella en la que no se emplea ningún tipo de material auxiliar y LA DEBE SABER REALIZAR CUALQUIER PERSONA, en especial los sanitarios y una RCP AVANZADA es aquella en la que se emplean medios técnicos y materiales especiales, medicación y es realizada por personal profesional cualificado. La RCP consta de dos maniobras fundamentales y que deben asociarse:
1.- LA RESPIRACIÓN ARTIFICIAL 2.- EL MASAJE CARDIACO EXTERNO FASES DE LA R.C.P. Constituyen lo que se denomina el A.B.C. de la Reanimación, se realizará de forma sucesiva. A.- ANÁLISIS DE LA SITUACIÓN: ABRIR VÍA AÉREA B.- VENTILACIÓN BOCA A BOCA C.- CIRCULACIÓN: MASAJE CARDIACO EXTERNO A.- ANÁLISIS DE LA SITUACIÓN: ABRIR -VÍA AÉREA Ante una víctima supuestamente en parada cardiorespiratoria se debe comprobar, en primer lugar, la pérdida de consciencia intentado comunicar con él, hablándole ("¿Está bien?"), tocándole en cara y hombros buscando su respuesta. Pediremos ayuda y se colocará al paciente en posición de R.C.P : Decúbito supino, en una superficie dura y con los brazos a lo largo del cuerpo. Inmediatamente se procederá a facilitar el paso de aire por la vía aérea, para ello se debe traccionar de la mandíbula para abrir la boca y ver si existen cuerpos extraños (dentaduras, algas, vómitos, etc.) que se extraerán rápidamente. Realizada la apertura de la vía aérea procederemos a colocar el cuello en hiperextensión (hacia atrás) para evitar que la lengua caiga hacia atrás y obstaculice el paso del aire. Se comprobará si existe respiración espontánea, para ello acercaremos nuestra cara a su boca y nariz para sentir y oír el paso del aire mientras que observamos el tórax para ver los movimientos ventilatorios. En caso de existir respiración, se colocará a la víctima en posición lateral de seguridad para prevenir la broncoaspiración en caso de vómitos. Si no se detecta respiración se pasará a realizar la respiración artificial. B.- VENTILACIÓN BOCA A BOCA La ventilación boca a boca, junto a la variante boca nariz, es el método de respiración artificial más eficaz de los que se han utilizado a lo largo de la historia. Consiste en la introducción del aire inspirado por el reanimador, a través de la boca del accidentado para suplir la falta de movimientos respiratorios de éste. El socorrista se colocará a un lado de la víctima, junto a su cabeza, realizando la hiperextensión del cuello y apertura de la boca colocando una mano en la frente y la otra bajo el cuello del accidentado. Inspirará profundamente y sellando con su boca la de la víctima, insuflará todo el aire, repitiéndose el boca a boca dos veces consecutivas. Se deberá pinzar, con la mano que está en la frente, la nariz del paciente para evitar que se pierda el aire. Asimismo se deben retirar todas las prendas y objetos que dificulten el llenado de aire del tórax. La espiración del aire insuflado se realiza de forma
pasiva por la propia elasticidad torácica y la correcta realización de la maniobra vendrá indicada por la expansión del tórax con cada ventilación Como regla de oro de la R.C.P. hay que tener en cuenta que antes de insuflar aire y realizar cualquier otra maniobra es imprescindible despejar la vía aérea. En caso de no observar el movimiento del tórax o imposibilidad de introducir el aire se debe comprobar que se está haciendo una correcta hiperextensión del cuello y que no existen cuerpos extraños que obstaculicen el paso del aire. Tras las dos insuflaciones, se comprobará la presencia de respiración espontánea. Si no se ha recuperado, se realizarán otras dos y se iniciará el masaje cardiaco. Si tras una ventilación aparece agua en la boca, se lateraliza el cuello para drenarla antes de volver a soplar. C.- CIRCULACIÓN: MASAJE CARDIACO EXTERNO La parada respiratoria que aparece en las situaciones de asfixia se acompaña, a los pocos minutos, de una parada cardiaca. Esto obliga a que, si no se obtiene la recuperación de la respiración espontánea en los primeros momentos de la RCP, se deba comenzar con el soporte circulatorio adecuado para tratar de enviar sangre oxigenada a los órganos vitales y evitar la muerte del accidentado. El masaje cardiaco pretende comprimir, rítmicamente, el corazón entre el esternón y la columna vertebral, para así expulsar la sangre y sustituir a las contracciones cardiacas interrumpidas; también es un estímulo para que el corazón reanude sus latidos espontáneos. Se coloca a la víctima en posición de R.C.P. sobre una superficie lisa y dura; el reanimador se pone a un lado, a nivel del tórax. El masaje se realizará sobre el tercio medio del esternón, en el centro del tórax a unos 3-4 cm del final del mismo. Se pondrá el talón de una mano apoyado contra la piel y el de la otra encima, entrelazando los dedos para evitar que toquen la pared torácica y se inician los movimientos de compresión. Para ello se carga el peso del cuerpo, verticalmente, a través de los brazos que se mantienen rígidos. No se doblan los codos, se utilizan nuestros hombros y caderas como ejes del balanceo de carga y descarga. El esternón se comprime fuertemente, deprimiéndolo entre 2 y 4 centímetros según el tamaño de la víctima. Se procurará una frecuencia de 80-100 compresiones por minuto. Localización del punto de masaje Colocación del reanimador
Cuando son dos las personas que realizan la RCP, cada reanimador se colocará a un lado de la víctima. Uno se encargará de la vía aérea y otro del masaje cardiaco. Cada uno debe valorar la eficacia de las maniobras que realiza el compañero. De tal forma que el que se encarga de realizar la respiración artificial comprobará que los masajes cardiacos son eficaces (existe una onda de pulso cada vez que se comprime el tórax); el que realiza el masaje debe observar el llenado del tórax cada vez que se insufla aire. Cuando exista fatiga de un socorrista, se intercambian la función sin interrumpir las maniobras más de cinco segundos. En la siguiente tabla expresamos las maniobras principales de cada paso de la RCP. A: ABRIR VÍA AÉREA B: BOCA A BOCA C: MASAJE CARDIACO Comprobar consciencia Paciente en decúbito supino Sobre una superficie dura Tracción de mandíbula Cuello hiperextendido En el centro del tórax Extracción de cuerpos extraños y/o aspiración de secreciones Nariz pinzada Deprimir 3-4 cm Hiperextensión del cuello Insuflar el aire Frecuencia 80-100 lat/min Comprobar si respira Espiración pasiva Comprobar la eficacia ACTUACIÓN PRÁCTICA El masaje cardiaco y la respiración artificial se integrarán y sincronizarán dependiendo. Se seguirán los siguientes pasos : 1.- Comprobar pérdida de conciencia y pedir ayuda. 2.- Abrir la vía aérea. 3.- Comprobar si respira. (Otro reanimador comprueba el pulso). 4.- Si no respira : 2 boca a boca 5.- Comprobar si respira. 6.- Si no respira : 2 boca a boca. 7.- Iniciar el masaje cardiaco. 15 compresiones 7.1 Si hay un sólo reanimador las realiza el mismo 7.2 Si hay dos reanimadores los masajes los hace el secundario. 8.- Realizar respiración artificial. 2 boca a boca (Las realiza el socorrista principal). 9.- Repetir ciclo de boca a boca - masaje cardiaco otras tres veces. 10.- Comprobar recuperación espontánea (pulso y respiración). 11.- Repetir ciclos boca a boca - masaje cardiaco x 4 veces. 12.- Comprobar recuperación espontánea. 13.- Repetir indefinidamente. CRITERIOS DE INTERRUPCIÓN DE LA RCP La RCP se realizará hasta que se recupere el paciente, hasta que llegue ayuda especializada o se certifique la muerte. Si no es así, se trasladará a la
víctima a un centro hospitalario (en un vehículo sanitario adecuado) y deberemos seguir aplicando la RCP básica durante todo el tiempo. Si se recupera la respiración se interrumpe la R.C.P. y se observa por si aparecen vómitos o una nueva parada y se traslada a un centro hospitalario. No se debe interrumpir la RCP básica más de 7 segundos. INTERRUPCIÓN R.C.P Reanimación víctima Certificación de la muerte Agotamiento del reanimador Ayuda especializada